Yirda Romero, Directora de Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial UDLA Sede Viña del Mar
En Chile nos preparamos para un evento que ha dejado una huella imborrable en la historia y en el corazón de muchos, la Teletón, cruzada que está presente en todas partes, conectándonos con la esperanza, la solidaridad e inclusión. Estamos llamados a asumir la responsabilidad de brindar bienestar a tantos niños y jóvenes que lo necesitan, ya sea debido a una discapacidad de nacimiento, congénita, o como resultado de un accidente o experiencia traumática que los ha dejado en esa situación.
Es la ocasión para enseñar a las nuevas generaciones la importancia de contribuir no solo con una donación, sino en cada acción de la vida con las personas en situación de discapacidad, donde todos importan.
La Teletón es una obra inigualable en Chile en un contexto donde los servicios de salud pública a veces pueden ser insuficientes y la salud privada inalcanzable. Es un espacio seguro, robusto y humano para sus usuarios, donde los apoyos técnicos se han destacado por el profesionalismo y humanidad. Es un punto de reunión social, familiar, donde nadie queda indiferente.
Los testimonios que hablan de ella son innumerables, desde Ema Barrientos hasta Chris Lindsay, embajadores que representan a los casos de otras tantas personas y comunican con fuerza lo que ha sido en sus vidas.
Además, es un ejemplo humano que moviliza a personas que genuinamente quieren contribuir con su tiempo y capacidades a esta obra, como los voluntariados que se forman en los institutos y que integran otras cruzadas, llegando, por ejemplo, hasta a los hogares para facilitar condiciones de infraestructura, entregar soporte emocional a niños y jóvenes, brindar apoyo escolar, acompañamiento en las salas de espera y actividades recreativas en los centros durante las sesiones de tratamientos, entre otras tantas.
La Teletón llega para recordarnos el compromiso que tenemos todos para seguir avanzando en inclusión, un llamado a unir esfuerzos para alcanzar la meta juntos y de este modo enfrentar los desafíos futuros. Porque cuando nos unimos, demostramos que no existen límites para el amor y la esperanza que somos capaces de dar como país.
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