Manuel Cea Acevedo, director de Ingeniería en Administración de Empresas
UNAB, Sede Viña del Mar.
La economía chilena ha comenzado a mostrar signos de recuperación más pronunciados en el segundo semestre de 2024, evidenciado por un notable crecimiento del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) y una mejora parcial en el mercado laboral. Este panorama favorable, sin embargo, viene acompañado de desafíos estructurales significativos que reflejan una recuperación aún frágil y desigual, como la persistencia de una alta informalidad laboral y la volatilidad económica. El Imacec, una herramienta esencial para evaluar la actividad económica mensual en Chile registró un impresionante crecimiento interanual del 4,2% en julio de 2024. Esta cifra superó ampliamente las expectativas del mercado, que anticipaban un crecimiento de aproximadamente 2,4%, subrayando así un desempeño sorprendentemente fuerte de la economía chilena en medio de un contexto global incierto. Este resultado superior a las proyecciones iniciales se debe en gran parte al dinamismo observado en sectores clave como los servicios y el comercio. El sector servicios, en particular, experimentó un crecimiento del 5,3%, impulsado por una mayor demanda en áreas fundamentales como la tecnología, la salud y los servicios profesionales, que han sido cruciales para la reactivación económica tras el impacto devastador de la pandemia. Al mismo tiempo, el comercio registró un aumento del 4,9%, reflejando una mayor actividad en el consumo interno, impulsada por la recuperación gradual del poder adquisitivo de los hogares y una mejora en la confianza del consumidor. Además, el Imacec no minero, que excluye la actividad minera debido a su alta volatilidad, también mostró un sólido crecimiento del 4,4% interanual. Este dato es especialmente significativo, ya que sugiere una recuperación más amplia y sostenida en sectores de la economía que no dependen de los recursos naturales, lo que podría indicar una diversificación positiva en el crecimiento económico de Chile. El crecimiento mensual
desestacionalizado del Imacec fue del 1,5% respecto al mes anterior, consolidando una tendencia de recuperación que había comenzado a manifestarse con mayor claridad desde el inicio del segundo semestre. Este desempeño, el más alto registrado desde enero de 2024, destaca una clara recuperación respecto a un junio en el que el crecimiento había sido casi nulo, poniendo de relieve la naturaleza volátil de la economía en este periodo. Este crecimiento del Imacec se considera “balanceado”, ya que se ha observado en diversos sectores de la economía, lo que sugiere una recuperación más robusta y menos dependiente de un solo sector.
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