Chile perdió el 50% de la cosecha anual de cerezas: cambio climático impide predecir recuperación

2118789188· Académica de la PUCV indicó que el fenómeno “cracking” afecta al fruto debido a la cantidad de agua absorbida durante las lluvias del segundo semestre del año.

Las precipitaciones que afectaron al país durante el segundo semestre del año dejaron como consecuencia inmediata la inundación de terrenos fértiles y pérdidas de cultivos que debían ser cosechados en los meses siguientes durante la temporada, así también el alza de precios de algunas frutas y hortalizas fueron el resultado de las lluvias del mes de agosto.

De esta forma, la mitad de la producción de cerezas en Chile no podrá ser comercializada debido a la absorción de agua, así lo explicó Claudia Fuentealba, académica de la Escuela de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

“La pérdida de las cerezas se produjo principalmente por la partidura de la fruta también llamada “cracking”. Según se indicó, esta situación es motivada por el agua que expande la piel del fruto.

El fenómeno también repercutirá en la exportación, considerando que Chile es uno de los principales productores de cerezas.

“El país produce fruta de muy buena calidad en cuanto a tamaño, firmeza, color y sabor, además de presentar bajos defectos visuales. La fruta partida no solo afecta el aspecto estético, sino que también la expone a pudriciones y el desarrollo de hongos, lo cual es crítico, especialmente cuando tiene que viajar muchos días para llegar a destinos como China”, explicó Fuentealba.

Las cifras oficiales de la Federación de Productores de Frutas de Chile estiman una disminución del 50% de las cosechas y por lo pronto no es posible asegurar una recuperación completa.

“Debido al cambio climático y a los eventos meteorológicos es cada vez más difícil tener certezas si para la próxima temporada volveremos a las cifras récords que hemos tenido en los últimos años. Sin embargo, se pueden implementar algunas prácticas para minimizar la partidura en las cerezas, como coberturas sobre los cerezos en días de lluvia y seleccionar variedades del fruto más resistentes a este daño”, concluyó la académica.